viernes, 12 de octubre de 2012

La Lonja

La Lonja de la Seda de Valencia o Lonja de los Mercaderes es una obra maestra del gótico civil valenciano situada en el centro histórico de la ciudad de Valencia. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se encuentra situada en la Plaza del Mercado, frente al Mercado Central de Valencia.





Fue construida entre 1482 y 1548, y su primer constructor fue Pere Compte entre los años 1483 y 1498 sobre el modelo de la Lonja de Palma de Mallorca, constituyéndose en un edificio emblemático de la riqueza del siglo de oro valenciano (siglo XV) y muestra de la revolución comercial durante la Baja Edad Media, del desarrollo social y del prestigio conseguido por la burguesía valenciana.








La construcción de la Lonja, popularmente conocida como «llotja», en la comunidad valenciana y las islas Baleares, se ha interpretado como el resultado de la prosperidad comercial conseguida por Valencia en el siglo XV, y como un símbolo del poder de la ciudad para atraer a los comerciantes, en un momento en que ya se vislumbraban tiempos difíciles para la economía local derivados del descubrimiento de América y el consiguiente desplazamiento del comercio del Mediterráneo hacia el Atlántico.




Las lonjas de comercio en la Corona de Aragón se construían siguiendo el mismo esquema: una sala de planta rectangular sostenida por columnas. La de Valencia fue precedida por la Lonja de Barcelona (1380-1392) y la Lonja de Palma (1420-1448),con unos pilares helicoidales donde se sostienen las bóvedas de crucería de tres naves. Entre los años 1541 y 1551 se edificó la lonja de Zaragoza del mismo tipo, pero ya con estilo renacentista. Considerando que el esquema arquitectónico era siempre el mismo, el Consejo General de la Ciudad, en 1469, insistió en la belleza del edificio que debía ser: «muy bella, magnífica y suntuosa, la cual sería honor y ornamento de esta insigne ciudad». La obra fue encargada al maestro Pere Comte, ya conocido en la ciudad por haber sido el encargado de las obras del último tramo de la Catedral.





Fue nombrado Monumento Nacional desde el año 1931, y la UNESCO declaró la Lonja de la Seda Patrimonio de la Humanidad el 5 de diciembre de 1996, como «ejemplo totalmente excepcional de un edificio secular en estilo gótico tardío, que ilustra de manera espléndida el poder y la riqueza de una de las grandes ciudades mercantiles del Mediterráneo», siendo considerada como uno de los más brillantes ejemplos del gótico civil europeo. Las fachadas rectangulares de piedra picada, los suntuosos medallones renacentistas, las artísticas esculturas y gárgolas, las perfectas proporciones de las puertas y ventanas, de los escudos y de los merlones, recuerdan el esplendor del gótico tardío valenciano. Se sitúa en el mismo centro de la ciudad (barrio del mercado), delante de la plaza del Mercado, calificada por numerosos cronistas como un escenario colorista y ruidoso dotado de una sensualidad muy especial.









El siglo de Oro Valenciano fue una etapa de gran desarrollo económico y de gran influencia política y cultural, se creo la Taula de canvi, una banca municipal para soporte de las operaciones comerciales. La industria local, especialmente la textil, consiguió una gran promoción y la ciudad se convirtió en un centro comercial, al cual acudían mercaderes de todas las partes de Europa. A finales de este siglo se construyó la Lonja de la Seda, centro de transacciones y un verdadero templo del comercio. Uno de los banqueros con más negocio, el valenciano de origen judío Luis de Santángel, sufragó el viaje a América de Cristóbal Colón.


Después de algunos años de inestabilidad derivados del periodo de sucesión, donde la dinastía del Casal de Barcelona se sustituyó por la castellana de los Trastamara, a lo largo del siglo XV, la ciudad lucía con todo su esplendor. El reino de Valencia se situó como la capital cultural y económica de la Corona de Aragón, y consiguió ser una de las ciudades más importantes de Europa en aquel siglo. La lonja era un símbolo de la pujanza y riqueza del Siglo de Oro de la ciudad.


En cuanto a la influencia política, ya desde finales del siglo XIV la influencia de Valencia en la Corona de Aragón se hizo cada vez más grande con personajes como San Vicente Ferrer y aún más a lo largo del siglo XV, hasta el punto que las dos únicas veces que un obispo hispánico llegó a papa fue con dos obispos valencianos: Calixto III y su sobrino Alejandro VI, naturales de Játiva y pertenecientes a la familia Borgia.



En el ámbito artístico y cultural, aparte de La Lonja, se edificaron las Torres de Quart, la capilla de los Reyes del convento de Santo Domingo, la bóveda del altar mayor de la Catedral de Valencia o el Palacio de la Generalidad Valenciana. En pintura y escultura sobresalieron Jacomart, Roderic de Osona, Paolo de San Leocadio, Vicente Macip o Damián Forment, en otros, y en literatura Ausiàs March, Joan Roís de Corella, Jaume Roig, Isabel de Villena o Joanot Martorell, autor de Tirante el Blanco. Consecuencia de este auge cultural, Valencia albergó la segunda imprenta de la Península, donde el maestro impresor Lambert Palmart imprimió la primera obra literaria en España en 1474: Obres e trobes en lahors de la Verge Maria. Apareció también el primer diccionario en lengua románica: Liber Elegantiarum, así como el primer estudio sobre ajedrez moderno probablemente es un escrito de Francesch Vicent, impreso y publicado en Valencia a finales del siglo XV con el título "Libre dels jochs partits dels schacs en nombre de 100, ordenat e compost per mi Francesch Vicent nat en la ciutat de Segorb e criat e vehi de la insigne e valerosa ciutat de Valencia". El 30 de abril de 1499, fue creada la Universidad de Valencia.





El nombre que recibe el edificio de Lonja de la Seda deriva del hecho que el tejido de seda era desde el siglo XIV al siglo XVIII la industria más potente de la ciudad. En el siglo XIV ya había sederos locales, mayoritariamente judíos, y más tarde conversos, agrupados en 1465 en la «cofradía de la Virgen de la Misericordia», bajo cuya advocación hay una capilla en la Lonja construida entre 1484 y 1486.
Cuando se estaba edificando la Lonja de la Seda, la industria sedera de Valencia tuvo un gran auge, traducido en los 293 maestros sederos censados en la ciudad en 1487. Al final del siglo XVII, tan importante era la seda en las transacciones comerciales que la Lonja de Mercaderes pasó a ser conocida como de la Seda.Durante la segunda mitad del XVIII fue el momento de máximo esplendor: veinte cinco mil personas se dedicaban a la industria de la seda en la ciudad, que contaba con más de tres mil telares. Así mismo, a partir de 1790 empezó el ocaso de la industria sedera en Valencia, que nunca más volvió a remontar. No obstante, la lonja ha mantenido su nombre tradicional hasta nuestro días, en homenaje a la que fue pionera industria valenciana durante tantos siglos.



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