jueves, 13 de septiembre de 2012

La Tomatina, Buñol

La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol, en la que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Se celebra el último miércoles del mes de agosto, enclavada dentro de la semana de fiestas de Buñol.




Esta fiesta empezó en 1944, cuando los vecinos del pueblo, enfadados con los concejales, les lanzaron tomates durante las fiestas locales. Se lo pasaron tan bien que decidieron repetirlo cada año.Y con el tiempo se ha convertido en una verdadera batalla campal en la que participan miles de personas y en la que las armas siguen siendo los tomates. Durante los años de la dictadura del general Franco, el gobierno prohibió esta fiesta porque no era religiosa. Pero a la muerte del dictador, los vecinos empezaron a celebrarla de nuevo, en los años setenta.


Aunque la fiesta empezó en contra del Ayuntamiento, hoy en día, es este quien la paga. Para que los vecinos de Buñol, los veraneantes y los forasteros que se unen a la fiesta se diviertan, el Ayuntamiento compra unos cincuenta mil kilos de tomates, que llegan cargados en varios camiones.



En torno a las 10 horas comienza el primer evento de la Tomatina. Es el "palo jabón", similar a la cucaña, que consiste en subir un a poste engrasado con un jamón en la parte superior. Mientras esto sucede, el grupo trabaja en un frenesí de cantar y bailar mientras se duchan con mangueras. Una vez que alguien es capaz de soltar el jamón del palo, se da la señal de inicio.
La señal para el comienzo se da a eso de las 11, cuando suena la carcasa, y comienza el caos. Varios camiones lanzan los tomates en abundancia en la Plaza del Pueblo. Los tomates proceden de Xilxes Castellón, donde son menos costosos y se cultivan específicamente para estas fiestas, ya que no son de buen gusto para el consumo







Para los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes. Los tomates deben ser aplastados antes de ser lanzados para que no dañen a nadie.

























Después de exactamente una hora, la lucha termina al disparo de la segunda carcasa anunciando el final. Toda la plaza queda teñida de rojo y se forman ríos de jugo de tomate


















El proceso de limpieza de las calles lo realizan camiones de bomberos. Los participantes aprovechan las mangueras que les ceden los vecinos para quitarse el tomate pegado al cuerpo













 Algunos se acercan al charco de “los peñones” para lavarse. Tras la limpieza, las calles del pueblo, que son de adoquín, quedan impolutas debido a la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.






La Tomatina, sin duda, una fiesta para pasárselo muy  bien y  refrescarse... llena de risas, baile, mucho tomate y por que no, también amor!!


¿Te lo vas a perder??














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